Transformación para Venezuela: Estado gangsteril y democratización – Paola Bautista de Alemán

Transformación para Venezuela: Estado gangsteril y democratización – Paola Bautista de Alemán

Transformación para Venezuela: Estado gangsteril y democratización

    Paola Bautista de Alemán

La idea de transformación puede contribuir al análisis del caso venezolano. En este artículo acudiré al término con un doble propósito: (i) describir la profundidad de la transformación autocrática que la revolución chavista ha impulsado a partir de la creación de un Estado gangsteril en Venezuela y (ii) advertir dimensiones que esta realidad impone a un eventual proceso de democratización.

Transformación para Venezuela: Estado gangsteril y democratización está dividido en tres partes. Primero, expondré el marco conceptual que soporta mi análisis. Seguidamente, me detendré en el desarrollo del Estado gangsteril y en la transformación autocrática que impulsa la revolución chavista. Y para finalizar, analizaré los principales desafíos en materia de transformación democrática.

Sobre el concepto de transformación

El concepto de transformación aplicado al estudio de procesos políticos, económicos y sociales es complejo. Existen distintas aproximaciones y valoraciones sobre su pertinencia y alcance. Para los efectos de este artículo acudiré al que ofrecen Merkel, Kollmorgen y Wagener en The Handbook of political, Social, and Economic Transformation. Para los autores: «La transformación es un cambio político, social y económico de carácter sistémico sustancial que ha sido iniciado de manera revolucionaria y orientado por actores identificables hacia objetivos concretos»¹.

El término incluye cuatro aspectos. Primero, la transformación exige un cambio radical de sistema. Segundo, es promovida por actores políticos sociales y económicos de manera deliberada. Tercero, es un proceso de largo aliento y cuarto, es producto de un impulso social extendido que irrumpe en la historia. En tal sentido, el concepto de transformación responde a procesos de cambio político profundos promovidos por actores políticos concretos que buscan alterar la configuración y la dinámica de la sociedad entera. Tal como se puede observar, el concepto no es una propuesta normativa. Merkel, Kollmorgen y Wagener explican que en la historia de la humanidad se han registrado transformaciones hacia la democracia y hacia la dictadura³.

Convive distinguir entre transición democrática y transformación democrática. El primero refiere a un cambio político que genera un nuevo orden que mantiene aspectos del sistema depuesto y avanza hacia la democracia con ellos⁴. El segundo -transformación- refiere a un cambio sustancial. Su radicalidad no se refiere al género de liberación autocrática, sino a la profundidad de las reformas impulsadas deliberadamente por los actores políticos que la promueven. Tales medidas se hacen necesarias cuando el sistema depuesto está constituido por elementos que son incompatibles con la democracia liberal que se desea inaugurar. Nótese que la diferencia fundamental no se encuentra ni en género de liberación autocrática ni en su extensión temporal, sino en su alcance sistémico. La distinción esencial entre ambos conceptos de fondo, no de forma.

El concepto de transformación política puede ayudar a comprender mejor el problema y los desafíos del país. Me permito identificar dos momentos para facilitar este análisis. El primero refiere a la transformación autocrática que lideró Hugo Chavez a partir de 1999 y que avanza en la medida en que la revolución permanece en el poder. El segundo es la transformación democrática que deberá ocurrir para avanzar hacia la democracia.

Transformación autocrática: del Estado democrático liberal al Estado gangsteril (1999 – )

Venezuela inició un proceso de transformación hacia la autocracia cuando la revolución chavista llegó al poder (1999). El proceso⁶ -liderado inicialmente por el Teniente Coronel Hugo Chavez y actualmente encabezado por Nicolas Maduro- ha impulsado durante más de veinte años medidas políticas, económicas y sociales que han ocasionado cambios radicales en el país⁷. Conocer todos los ámbitos de transformación autocrática de la revolución chavista exige estudios multidisciplinarios. Para efectos de este artículo me concentraré en su dimensión gangsteril⁸ con el propósito de reflexionar sobre los desafíos que enfrentaremos en una eventual democratización.

Para el desarrollo de este apartado acudiré a mis estudios sobre el desarrollo del Estado gangsteril en Venezuela, los cuales fueron publicados inicialmente en número anteriores de esta revista. A continuación describiré las condiciones que permitieron el surgimiento de este fenómeno y justificaré por qué este hecho constituye un cambio sustancial que puede ser identificado como rasgo de transformación autocrática.

Debilidad estatal: proceso constituyente, refundación del Estado, inercia democrática y crisis

Hugo Chavez Frias se juramentó Presidente de la República por primera vez el 2 de febrero de 1999. Posó su mano Izquierda sobre la constitución vigente y, rompiendo con lo establecido en la tradición republicana de Venezuela, pronunció un juramento alternativo:

«Juro delante de Dios… juro delante de la Patria… juro delante de mi pueblo que sobre esta moribunda constitución haré cumplir… impulsaré las transformaciones democráticas necesarias para que la Republica nueva tenga una Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro».⁹

Sus palabras mostraron el tamaño de su ambición. Buscaba un cambio sustancial que permitiera el surgimiento de una nueva República y una nueva Constitución. Se proponía un «borrón y cuenta nueva» y contó con el apoyo del voto popular. Se trato de un verdadero suicidio republicano.

El primer paso para desmontar el Estado democrático liberal que nació en 1958 fue la sentencia de la Corte Suprema de Justicia que permitió el referéndum consultivo que abrió puertas a la Asamblea Constituyente. La Constitución vigente (1961)  permitía reformas y enmiendas, pero no admitía la convocatoria a una Asamblea Constituyente¹⁰. La sentencia número 17, dictada el 19 de enero de 1999, fue el acta de defunción del sistema político que nació en Puntofijo cuarenta años antes¹¹.

La Asamblea Constituyente se instaló el 03 de agosto de 1999. Meses antes sus miembros fueron elegidos en las urnas en un proceso electoral que «excluyó la representación proporcional del método de elección y se adoptó en su lugar un sistema mayoritario»¹². Su primera sesión fue el 12 de agosto. Los primeros encuentros se dedicaron a la creación y el debate del estatuto de funcionamiento de la asamblea nacional constituyente, el cual  decretó en su primer artículo que «todos los organismos del Poder Público quedan subordinados a la Asamblea Nacional Constituyente y están en la obligación de cumplir y hacer cumplir los actos jurídicos y demás decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente». En su segundo párrafo añade: «La Constitución de 1961 y el resto del ordenamiento jurídico imperante, mantendrán su vigencia en todo aquello que no colide o sea contradictorio con los actos jurídicos y demás decisiones de la Asamblea Nacional Constituyente». De esta manera, la Asamblea Constituyente se erigió como un superpoder que abolió todas las instituciones gubernamentales preexistentes y permitió la fundación de la llamada V República.

En Venezuela, al igual que en otros países que han enfrentado proyectos de transformación, el desmontaje del sistema político y su refundación profundizó la fragilidad estatal. Conviene precisar que el ascenso del chavismo estuvo precedido por un proceso de erosión democrática que evidenció desgaste en la capacidad estatal asociada a los derechos sociales y al acceso a la justicia. Es decir, el Estado venezolano daba señales de sufrir una crisis estructural¹³ cuando la revolución chavista se convirtió en mayoría electoral, ganó los comicios y emprendió su plan de transformación.

Estudios sobre crimen organizado establecen una clara relación entre debilidad estatal y el surgimiento de esta realidad¹⁴. Quizás el caso más referido es la disolución de la Unión Soviética y el proceso de state building que le siguió. El desmontaje de la URSS ocasionó fragilidad estatal en Rusia y en los países que pertenecían al bloque sovietico. Tal condición permite la proliferación de grupos criminales que le ganaron terreno al Estado y fueron un obstáculo en el proceso de democratización.

Mutatis mutandis, a partir de 1999 en Venezuela se profundizó un proceso de debilitamiento estatal. Al desmontaje institucional de la democracia que nació en Puntofijo le siguió la refundación del Estado, aquello que el relato oficial llama la «V República». La nueva constitución fue aprobada en referéndum popular el 15 de diciembre 1999. Siete meses después, el 30 de julio 2000, se realizaron las megaelecciones en donde se eligió presidente, gobernadores, alcaldes y miembros de la Asamblea Nacional. Un año y medio después de haber tomado el poder, la revolución chavista “reseteó” el sistema político e inauguró formalmente un nuevo orden.

El “borrón y cuenta nueva” institucional provocó tensión entre la inercia del orden depuesto y el impulso inaugural de la revolución. Esta situación generó una crisis política que derivó en los eventos del 11 de abril, cuando Hugo Chavez fue derrocado y retomó el poder 2 días después. Este episodio, entre otras cosas, reveló que la revolución aún no tenía control total de la Fuerza Armado y permitió una purga que facilitó avanzar en ese objetivo. Sumado a esto, «se instaló la siguiente dinámica: el Estado venezolano permitió la acción de grupos irregulares asociados al crimen organizado en el país a cambio de convertirse en fuerzas políticas de choque»¹⁵.

De esta manera, a partir de 2002 se inició una relación entre el Estado venezolano y fuerzas irregulares nacionales e internacionales. Este vínculo, además de apalancarse en el desarrollo de actividades económicas ilícitas, tenía fines concretos de dominación política y territorial. Identificar las circunstancias que dieron origen a la relación entre el crimen organizado y el Estado venezolano a cargo de la revolución chavista es importante para comprender la profundidad del fenómeno. En Rusia, la República Democrática del Congo, México y Colombia el crimen organizado coloniza espacios desatendidos por el Estado. En venezuela estos actores fueron convocados por actores políticos para apoyar al Estado en sus planes de dominación política. Incluso, hay grupos que surgieron desde el poder. En tal sentido, su carácter es entrópico, no expropió.

Transformación gangsteril del Estado venezolano 

En líneas anteriores resumí el origen del Estado gangsteril en Venezuela¹⁶. Siguiendo las categorías sobre transformación política de Merkel, Kollmorgen y Wagener encontramos coincidencias. El chavismo impulsó una transformación en la estructura del Estado que se ha extendido durante 20 años y ha generado cambios sustanciales en el país. Venezuela es otra después de 20 años de revolución. Ahora conviene preguntarnos sobre la profundidad de estos cambios. La cuestión es relevante porque, tal como lo explican los autores referidos, se debe definir cuál será el punto de partida cuando se quiera o se pueda emprender la transformación hacia la democracia.

Como paso previo me detendré en tres ideas que considero centrales para el análisis. Se trata de los conceptos de nación, sociedad política y Estado incluidos en El hombre y el Estado de Jacques Maritain (1951). Para el autor francés la nación es una comunidad cuyos miembros están unidos por vínculos naturales. “Es una comunidad de afectos arraigados en el suelo del origen del grupo, así como en el suelo moral de su historia”¹⁷. Es una realidad ético-política. Quienes la integran comparten historia, lengua y tradición. Tienen sentido de pertenencia. Se reconocen como parte de algo superior que es capaz de aliviar disensos. Para efectos de este artículo resultan importantes 2 ideas: 1. La nación no es el Estado. Cuando se igualan estos términos emergen los llamados Estados totalitarios¹⁸; 2. La nación prospera en las instituciones que desarrolla el cuerpo político que articula a sus miembros¹⁹.

La sociedad política, a diferencia de la nación, no es una comunidad porque sus miembros carecen de vínculos naturales. La sociedad política es «requerida por la naturaleza y alcanza por la razón»²⁰. En su existencia intervienen la libertad, la voluntad y la razón de sus integrantes. Está integrada por personas que decidieron unir esfuerzos animados por deseos compartidos de justicia. Y esa «unión», con el tiempo y la experiencia compartida, se transforma en un vínculo profundo que se nutre de sus virtudes humanas y de sus aspiraciones nobles. De esta manera, el fundamento del «sentido cívico» que los embarga son el amor mutuo que se guardan y el deseo compartido de justicia. Una sociedad política sana no monolítica. Por el contrario, los disensos y pluralismos la nutren

Veamos ahora el Estado. El Estado es “esa parte del cuerpo político especialmente relacionado con el mantenimiento de la ley, la promoción del bien común y del orden público, y la administración de los asuntos públicos. El Estado es una parte que se especializa en los intereses del todo»²¹. Si bien la nación y la sociedad política son realidades profundamente humanas, el Estado es una realidad institucional que debe estar al servicio de los hombres. Es un instrumento de la sociedad política que se somete a los requerimientos del sentido común.

Los conceptos de nación, sociedad política y Estado de Maritain me permiten aproximarme mejor a los desafíos de la transformación democrática. El chavismo desmanteló las instituciones democráticas heredadas de la democracia. Después de 20 años de revolución queda poco de los avances que ocurrieron entre 1958 y 1998²². Actualmente, el Estado venezolano no cumple con sus deberes subsidiarios en materia de educación, salud y alimentación y utiliza sus recursos para limitar gravemente los derechos políticos de los venezolanos. Sumado a esto, lejos de servir a los ciudadanos y someterse a los requerimientos del bien común, funciona como un conglomerado criminal que beneficia a grupos y mafias asociados a él, formal o informalmente.

De esta manera, la transformación del Estado liberal en uno gangsteril es un terrible retroceso y un desafío importante en materia de democratización. Después de la liberación autocrática enfrentaremos el reto de la reconstrucción del Estado (State building) y sus instituciones democráticas. Pero la tarea trasciende a una labor técnica. La reconstrucción del Estado después de la revolución será incompleta si no revisamos la calidad de la sociedad política que lo alimentara y la nación que lo soportara. En tal sentido, me pregunto cuánto y cómo ha afectado el régimen a nuestra sociedad política y a nuestra nación.

La sociedad política venezolana que permitió el surgimiento de la revolución chavista en 1998 estaba en crisis. La erosión de la amistad cívica, de la honestidad, de la confianza, de la capacidad de consenso y del uso de la razón como herramienta para aliviar los disensos, permitió el avance de actores políticos desleales que apostaron -y concretaron- la destrucción del sistema democratico. No pretendo hacer una descripción exhaustiva sobre el proceso de degradación de la sociedad política en Venezuela durante la democracia ni de su estado actual. Eso exigiría un estudio más profundo. Pero para avanzar debo precisar que actualmente los partidos políticos no oficiales están proscritos, el régimen configuró una oposición leal que simula confrontación y el Partido Socialista Unido de Venezuela domina todos los espacios formales. Se puede advertir que una sociedad política de estas características sufre graves patologías y está alejada de la democracia. En tal sentido, y tomando en cuenta la relación entre Estado y sociedad política, considero que cualquier iniciativa de state building debe ir acompañada de un proceso de sanación de la sociedad política²³.

Reflexionemos ahora sobre la nación venezolana después de 20 años de revolución. En diferentes ocasiones Aleksandr Sozhentsyn se refirió al «alma de las naciones». Para el premio nobel ruso:

«… la culta era algo esencialmente espiritual, desde un punto de vista místico debe poseer alma. Y ya que cada cultura nativa tiene algo único que ofrecer al mundo, también cada una de ellas debe poseer un alma mística única. El alma de Rusia era distinta, por ejemplo, del alma de Inglaterra o del alma de Francia²⁴.»

El alma de nuestra nación ha sufrido. Difícilmente volveremos a ser lo que éramos antes de este episodio autocrático. Con la revolución, Venezuela descubrió el hambre, la emigración, la persecución política sistemática y extendida, la violencia estatal, la represión de la conciencia, la toruta y la muerte. Han sido veinte años en los que hemos descubierto dolores que pensábamos superados en nuestra historia republicana. ¿Como y cuanto nos ha cambiado? Resulta difícil precisar y es un asunto que exige estudios de mayor alcance. Sin embargo, puedo advertir que el proceso de democratización exigirá una intensa revisión de los males sufridos que abra camino a la justicia, el perdón y la reconciliación. Tal como lo afirma Juan Miguel Matheus, resultará urgente alcanzar el equilibrio de la reconciliación,el cual consiste en «olvidar lo suficiente para que no haya lugar a revanchas o resentimientos históricos, y recordar lo suficiente para evitar que vuelvan a ocurrir las atrocidades»²⁵.

Transformación democrática: Del Estado gangsteril hacia la democracia

Para comenzar el último apartado de este artículo conviene precisar que en términos generales el caso venezolano exigirá una transformación para avanzar hacia la democracia. Tal como lo he expuesto, una transición para avanzar hacia la democracia. Tal como lo he expuesto, una transición resultaría insuficiente -y quizás ineficiente- porque existen rasgos preexistentes en el régimen chavista que son incompatibles con la democracia liberal. Para la superación del Estado Gangsteril sugiero tres ideas que deben ser desarrolladas en próximas investigaciones:

  1. Disposición transformadora: El cambio que demanda Venezuela exige disposición transformadora por parte de los actores políticos que lideren el proceso. Entiendo por disposición transformadora al propósito consciente y deliberado de impulsar cambios sustanciales en el país. Esta disposición no se opone a la progresividad ni a la construcción de acuerdos para impulsar el cambio político. En tal sentido sugiero construir – y aspirar a- un entorno que permita aquello que Merkel, Kollmorgen y Wageneder (2019) identifican como «una transformación sistémica discreta», aquella que ocurre sin alterar la paz en el curso de la historia. Hay decisiones prácticas que pueden ayudar a hilvanar ese deseo. La primera medida debe ser la Constitución de 1999 en su versión original y rescatarla como depositaria de las reglas del juego político que deben respetar todos los actores. Esta decisión podrá ofrecer seguridad y estabilidad en momentos de tensión. Seguidamente, es necesario construir y promover una unidad de propósitos que guíe la transformación democrática. Y para alcanzar tal fin, es necesaria la sanación del cuerpo político.
  2. Sanción de la sociedad política: La calidad de la sociedad política depende de las personas que la conforman. Para avanzar en el proceso de sanación del cuerpo político se debe atender el alma de quienes la integran. En tal sentido, es condición necesaria para la transformación democrática reparar el daño antropológico²⁶ que la revolución ha causado. Una clave temporal importante es que para atender esta realidad no es necesario esperar la liberación autocrática. El trabajo político, las redes de solidaridad, las estructuras de confianza y formación cívica integral allanan el terreno para aliviar el dolor y sanar las heridas. De ahí la importancia de los partidos, gremios, sindicatos, iglesias y organizaciones que funcionan con independencia del Estado y mantienen condiciones pre democráticas a pesar de los ataques. También conviene considerar los desafíos colectivos, tales como gestionar la incorporación al nuevo sistema democratico de actores políticos previamente relacionados con el régimen que expresen sus voluntad de someterse legalmente a la constitución, vencer los deseos hegemónicos de grupos políticos concretos y construir espacios de consenso que eviten situaciones que pongan en riesgo al nuevo orden.
  3. Reconstrucción estatal: El proceso de state building exige medidas que busquen restituir su capacidad operativa, preservar la soberanía y recuperar el monopolio de la violencia. Cada una de estas áreas es compleja en sí misma y no pretendo agotarlas en esta aproximación. Dada la crisis humanitaria compleja que padecemos y la dinámica criminal que ha desarrollado el Estado venezolano²⁷ puedo advertir que se requerirá apoyo de la comunidad internacional para superar la condición de colapso que experimenta el país.  Conviene preguntarnos si es necesario que el acompañamiento internacional se extienda también al rescate de la soberanía y del monopolio de la violencia. Además, existen dos asuntos igualmente importantes: primero, singularizar las responsabilidades correspondientes a actividades irregulares que son incompatibles con la democracia con el propósito de suprimirlas. De esta manera, se podrá preservar aquello que no atente en contra del nuevo orden y evitar situaciones de debilidad estatal que genere condiciones para el surgimiento de nuevas redes de crimen organizado. Segundo, crear un ministerio encargado de la educación cívica que canalice las políticas públicas dedicadas a la gestión de nuestra memoria histórica y ofrezca formación para la democracia. Para ambos fines conviene estudiar el proceso de transformación de Alemania después del nacionalsocialismo (1945) y de su reunificación (1989).

1 “Transformation is a political, social, and economic chance of a substancial systemic character that has been initiated in a revolutionary and target oriented way by identifiable actors».

2 Los autores advierten que este ultimo rasgo no es esencial: «discrete system transformation are historical exceptions quite often triggered by crisis situations». Wolfgang Merke, Raj Kollmorgen y Hans-Jurgen Wagener, coord., The handbook of political, social and Economic Transformation (Oxford: Oxford University Press, 2019), 4

3 Los autores identifican y profundizan en las distintas olas de transformacion que han ocurrido en la historia de la humanidad. Como ejemplo de transformacion hacia la autocracia refieren el ascenso del nacionalsocialismo en Alemania (1933) y la instalacion del comunismo en Rusia (1917), entre otros.

4 Quizas los ejemplos mas precisos son las transiciones que ocurrieron en Iberoamerica en la segunda mitad del s. XX: Venezuela (1958), España (1978), Argentina (1983), Uruguay (1984), Brasil (1985) y Chile (1990). En los casos señalados se avanzó hacia la democracia acudiendo a los recursos -juridicos y politicos- que ofrecia el regimen depuesto.

5 Ni la transformacion ni la transicion estan asociadas necesariamente a rupturas o reformas. De hecho, la principal transformación del s. XX -la transformación postcomunista en Europa del Este- se avanzó por vía de reformas.

6 Era comun que Hugo Chavez Frias utilizara el termino «el proceso» para referirse al proyecto politico que lideraba.

7 Las hojas de ruta de estas transformaciones se pueden encontrar los siguientes documentos: Constitucion de 1999, Decretos leyes promulgadas por Hugo Chavez via habilitante entre 1999 y 2000, Plan Cinco Motores de la revolucion Bolivariana (2007-2013), Plan de la Patria I (2013-2019) y Plan de la Patria II (2019-2025).

8 Para profundizar en la dimensión gangsteril de la revolución chavista recomiendo revisar los capítulos sobre esta materia incluidos en “Autocracias del siglo XXI: caso Venezuela» (2020), de Paola Baustita de Aleman (ed.).

9 Ver: Venezuela recuerda hoy la primera juramentacion de Chavez en https//www.youtube.com/watch?v=cnSIJrhzeJc

10 Carlos Garica Soto, en ¿Cómo fue el proceso constituyente de 1999? explica: “La Constitución de 1961 sólo permitía dos cauces formales para su modificacion: (i) la enmienda, para modificaciones puntuales que no alteraran la estructura fundamental de la Constitucion, y (ii) la reforma, para modifiaciones que si implicaran una alteracion importante de la Constitucion (articulos 245 al 248 de la constitucion de 1961)

11 Alessandro Pace, “Muerte de una Constitución,” Revista española de derecho constitucional (1999): 271-283

12 Ingrid Jiménez Monsalve, “El debilitamiento del principio de representacion proporcional en Venezuela o autoritarismo electoral: dos caras de la misma moneda,” Revista Politeia (2011) 

13 Recomiendo leer los estudios que sobre la materia publico Allan Brewer Carías en la década de los 80 y de los 90.

14cLetizia Paoli, The Oxford handbook of organized crime (Oxford: Oxford University Press, 2014)

15 Paola Bautista de Aleman, «Revolucion bolivariana y desarrollo del Estado Gangsteril en Venezuela», Democratizacion (Septiembre 2019): 51-75.

16 El origen del Estado gangsteril en Venezuela es un tema extenso y complejo. Para profundizar en él recomiendo acudir a los estudios incluidos en «Autocracias del s.XXI: el caso venezolano» (2020) los hallazgos de Polga-Hecimovich (2019), las publicaciones de Transparencia Venezuela (2020) y los informes de Insight Crime 

17  Jacques Maritain, Man and the State (Chicago: The University of Chicago Press, 1951).

18 » The State, when it has been identified with the Nation, or even with the Race, and when the fever  of the instincts of the earth has thus invaded its own the state has had its will to power exasperated; it has blood presumed to impose by force of law the so-called type and genius of the nation, thus becoming a cultural, ideological, caesaro-papist, totalitarian state». Jacques Maritain, Man and the state (Chicago: The University of Chicago Press,1951),7.

19 «The Nation thirves on institutions the creation of which, however, depends more on the human person and mind, or the family, or particular groups in the society, or the body politic, than on the Nation itself». Jacques Maritain, Man and the state (Chicago: The University of Chicago Press,1951),6.

20 Jacques Maritain, Man and the state (Chicago: The University of Chicago Press,1951),10.

21 Jacques Maritain, Man and the state (Chicago: The University of Chicago Press,1951),12.

22 Entre 1958 y 1998 Venezuela experimento un importante desarrollo institucional. Los ultimos vente años de democracia el sistema politico que nacio en puntofijo sufrio un proceso de erosion. Para profundizar en este tema recomiendo consultar los estudios de Juan Carlos Rey, Diego Bautista Urganeja y Miriam Kornblith.

23 Entiendo por sanacion la reconstruccion de una relacion honesa entre actores políticos políticos unidos por sus deseos mutuos de justicia y libertad. Corresponderá a análisis posteriores desarrollar el concepto y los instrumentos concretos -politicas publicas- que promoveran la sanacion de la sociedad politica.

24 Joseph Pierce, Solzhenitsyn: un alma en el exilio (Madrid: Ediciones Palabra, 2005), 236

25 Juan Miguel Matheus, «Justicia transformadora para Venezuela,» Democratizacion (Noviembre,2019): 5-60

26 Dagoberto Valdés, “El daño antropológico en Cuba,” Revista Vitral, no 74 (julio-agosto 2006).

27 Eliott Abrams, Representante Especial para Venezuela de departamento de Estado de Estados Unidos de America, señalo el 4 de agosto de 2020: «Hemos aprendido que hay militares que, a diferencia de otras dictaduras, son realmente parte de la estructura criminal».

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