La economía del chavismo (1999-2022) – Paul Elguezábal

La economía del chavismo (1999-2022) – Paul Elguezábal

La economía del chavismo 1999-2022

   Paul Elguezábal

El presente trabajo pretende caracterizar el modelo económico del chavismo. Revisando para cada etapa de su mutación algunas de sus políticas económicas y sus consecuencias socioeconómicas. Se aspira relatar los hechos económicos del chavismo entendiendo su estrecha relación con los hechos políticos que direccionan su andar.

Antecedentes

Venezuela tenía una economía por sanear, en especial desde la nacionalización del petróleo en 1974. Desde ese año el salario real se redujo constantemente. Era una economía rentística que se exacerbaba con la nacionalización. Por ejemplo, se duplicó el número de empleados públicos entre 1970-1980, y más que duplicaron los excedentarios que representaban 65% de los empleados públicos[1]. Al mismo tiempo el gasto social per cápita descendió 50% desde 1974, aunque creció como porcentaje del PIB y en su importancia dentro del presupuesto del Estado[2]. Lo cual refleja intención de invertir en lo social y carencia ingresos para lograrlo.

Esta situación trajo 10 convulsos años. El inesperado Gran Viraje del período del presidente Pérez en 1989. Fue un plan de gobierno que careció del líder político que le explicara al país esas políticas. Trajo como consecuencia inestabilidad política severa con saqueos masivos, generados por la mecha que encendió la liga socialista y afines, pero que tuvo carácter explosivo por la pólvora del descontento social, exacerbado con el desengaño de muchos que votaron por Pérez. El Gran Viraje obtuvo algunos logros positivos en la economía en términos de crecimiento y con una reducción de la pobreza en casi 5 puntos (hasta 35%) en 1991[3], pero con mucha incertidumbre, riesgo país en récords históricos[4] e inflación superior a la de los 80s[5]. Lo cual vino acompañado de golpes de estado, crisis política y destitución del presidente.

El nuevo gobierno del presidente Caldera, inicialmente no continuó con las mismas políticas[6], pero luego de superar crisis bancaria y tener récord histórico de inflación (100%)[7], aplicó algunas políticas más cercanas al “gran viraje” como la flexibilización del mercado laboral (fruto del debate entre empresarios, sindicatos y gobierno), la creación del sistema de recaudación de tributos y en especial la apertura petrolera a la inversión extranjera. Dejó al país con una inflación debajo del 40% y una pobreza del 49%[8]. Gobernó con uno de los precios del petróleo más bajos de las últimas décadas[9]. Lo cual signó su gestión y popularidad, y clave para victoria de Chávez.

El chavismo recibió un país que tenía una década intentando cambios para lograr una economía sostenible. Pero que los errores, las circunstancias políticas y el mercado petrolero mundial, no permitieron que estos cambios de política se transformaran en cambios reales para los ciudadanos.

La “tercera vía” del presidente-electo

Aprovechando la retórica en contra de los ajustes económicos y el bajo precio del petróleo de la década precedente, ganó Hugo Chávez. Prometió constituyente, poder popular y lucha contra la corrupción. Se asomaba económicamente como un moderado. De hecho, su Agenda Alternativa Bolivariana de 1996 era nacionalista y reformista, no socialista[10]. Joaquim Ibarz reseña discurso de la victoria de Diciembre 1998 “…hizo promesas que hoy calificaría de puntales del capitalismo. Dijo que era seguidor de la tercera vía del primer ministro británico Tony Blair. -La relación con Washington será prioritaria, porque Estados Unidos es un país que siempre estará allí- manifestó Chávez”[11].

Sin embargo, la realidad era otra como lo explicó unos de los más destacados hacedores de opinión, el historiador Jorge Olavarría “Me separé de Chávez al advertir que era un peligro para nuestras instituciones, tenía a Cuba como modelo a seguir; esto no lo decía en un principio”[12]

Metamorfosis preliminar (1999-2001)

Empieza el gobierno y con él llega mucha incertidumbre con el proceso constituyente que finaliza en diciembre de 1999. Sin embargo, aún la política monetaria era relativamente independiente[13] y se continuo la política de bandas cambiarias que venía desde 1996 como mecanismo complementario de control de la inflación[14], lo cual la llevo a 12,5%, niveles no vistos en mucho tiempo en la crónica inflación venezolana[15].

La nueva constitución incrementó los poderes del ejecutivo nacional en todas las áreas, redujo los controles del poder legislativo al eliminar el senado, redujo la autonomía del Banco Central y la empresa estatal petrolera PDVSA. Por su parte el nuevo poder legislativo le otorgó poderes especiales al ejecutivo para legislar en materia económica. Estas reformas socavaban el derecho de propiedad y las protecciones con respecto a cumplimiento de los contratos. Todo esto trajo consigo el inicio de la fuga de capitales.[16] Esto escenario elevó descontento de los gremios empresariales y sindicales.

Sin embargo, el precio del petróleo comenzó repunte en parte por influencia de Venezuela en la OPEP y pudo el país lograr moderado crecimiento y reducción de la pobreza en 2000 y 2001 gracias a los 75mil millones de $ que aportaron las exportaciones petroleras. Pero también comenzó el uso del petróleo como instrumento para agenda política internacional antimperialista, por un mundo “multipolar”[17]., que no tenía como centro la prosperidad de los venezolanos.

Crisis de 2002-2003

Los referidos decretos ley incrementaron la inseguridad jurídica[18]. Sumado al despilfarro en la agenda política internacional y la conversión de PDVSA en empresa no autónoma. El gobierno no replicó nada parecido a tripartita de la Agenda Venezuela de Caldera. Los actores de la economía venezolana fueron relegados del diseño de las políticas económicas. Esto llevó al país a crispación social liderada por los gremios de empresarios y trabajadores. Paros cívicos desde finales de 2001, muchas protestas, vacío de poder, despido de 19.000 trabajadores petroleros e incertidumbre trajeron como consecuencia una producción petrolera diezmada, PIB decreciendo 2002-2003 al 8 y 9%, con incremento sustancial de la pobreza hasta 61%[19].

RR, ingresos petroleros y expansión de la política social (2003-2005)

La crisis política canalizó al país hacia la activación del referendo revocatorio en 2003. El gobierno logró atrasarlo por más de un año porque la popularidad de Chávez estaba en su mínimo histórico[20]. Inmediatamente iniciado proceso revocatorio, luego de casi 4 años y medio en el poder, es cuando su gobierno inicia sus primeros programas sociales (Misiones). Estos pudieron masificarse con el inicio del incremento de los precios del petróleo de 2003-2004 y el mayor control sobre PDVSA luego del paro petrolero[21]. Lo cual llevó las encuestas de 69% (julio 2003) dispuestos a revocar a Chávez a 44% justo antes del revocatorio[22]. Probando las misiones su eficacia electoral.

Este período se caracterizó por restricción de las importaciones, control de cambio y limitaciones de invertir in mercados extranjeros, los cuales generaron la liquidez (junto al uso indebido de los fondos del BCV) necesaria para financiar la deuda pública con la que cubrieron el déficit fiscal por el incremento del gasto social[23]. Posteriormente se formalizó la violación del debido proceso presupuestario con la introducción del Fonden, que manejaba recursos definidos como renta extraordinaria de los ingresos petroleros y el uso del presupuesto de PDVSA para gasto social. Ambos fondos manejados de manera discrecional y sin transparencia, como era de esperarse al no someterse al proceso presupuestario, trajeron la respectiva corrupción.

Otra característica de este período fue el inicio de los controles de precios que se instauraron desde 2004, que generaron escasez y su consecuente mercado negro. Esta regulación afecta principalmente a los productos básicos con la excusa de la “ganancia excesiva” de empresarios y la protección a los más vulnerables. Fue en especial aplicada a aquellos productos que recibían dólares preferenciales, pero no en exclusiva a ellos.[24]

Se podría decir que los controles de precio y de cambio son un avance significativo hacia la toma del control de la economía por parte del gobierno. Además, estos le resultan al gobierno muy útiles para el control político de los empresarios que venían de ser protagonistas en las crisis políticas previas. Las motivaciones de estas políticas parecen tener más carácter de estrategia político-ideológica que justificación económica.

Con las mismas pretensiones de control económico y político que para los controles de precios, se iniciaron las expropiaciones en este período con la misión Zamora. Estas fueron expropiaciones de más de 3,5 millones de hectáreas de tierra a más de 130mil familias[25].

Es pertinente destacar que el gasto social en este período se incrementó en 47% del 2003 al 2005 y un 89% desde 1999[26] revirtiendo la tendencia 1974-1998 antes mencionada. Se debe hacer la salvedad que en términos reales el precio del petróleo era más de 200% por ciento superior a 1998. Tenían muchos más recursos para financiar el gasto social. Aun así, la pobreza medida por necesidades básicas insatisfechas disminuyó entre 1999 y 2005 apenas 2,6 puntos porcentuales[27].

Socialismo, el mayor boom petrolero y los 40 ladrones (2006-2012)

Desde Foro de Sao Paulo de enero 2005 comenzó Chávez a esbozar el socialismo del Siglo XXI[28]. Luego de pasar el obstáculo del revocatorio, Chávez presumía que su camino electoral estaba allanado. Esto lo pudo liberar de la careta con la que intentaba, con poco éxito, disimular su apego al modelo socialista. Llega el año electoral 2006, 2da reelección de Chávez, con la confianza de tener un poder legislativo controlado (por la no participación de la oposición) y un precio del petróleo que sube aún más, a casi 300% el precio real de 1998[29].

Todo esto le abre el camino al Proyecto Nacional Simón Bolívar que abraza al Socialismo de Siglo XXI. Este es representado por 5 motores: 1) Nueva ley habilitante para legislar en materia económica y social, más socialista que habilitante del 2000; 2) Reforma constitucional para avanzar al socialismo; 3) Sembrar los valores socialistas en escuelas, trabajos y hogar para acabar con individualismo; 4) Cambiar la institucionalidad y división político territorial; y 5) Estado comunal[30].  

Inevitablemente, Chávez gana las elecciones de 2006, su proyecto socialista es legitimado y se siente insuflado de autoridad para incrementar aún más el rol del estado en la economía. Proponiendo la reforma de 69 artículos de la Constitución para institucionalizar el Socialismo del Siglo XXI[31]. Ese referendo de la reforma de 2007 lo pierde, pero a pesar de eso impone esa agenda económica. Relega aún más el funcionamiento del mercado como regulador de la producción y distribución de bienes y servicios. Como política de estado instaura el proceso de expropiaciones de los sectores “estratégicos” (definidos a total discreción) que van desde minerales metálicos, energía, transporte, comunicaciones, agroindustria, finanzas, supermercados, centros comerciales y turismo[32]. Esta política lleva al gobierno a tener que retirarse del CIADI (Centro Internacional de Arreglo de Diferencias relativas a Inversiones), generando aún mayor desconfianza a la hora de hacer negocios en Venezuela[33]

Este período también fue caracterizado por la política de la sobrevaluación de la moneda y el control de cambios ejercido por CADIVI. Se puede decir que el gobierno pretendía abaratar el consumo de los ciudadanos con productos importados para fomentar crecimiento liderado por la demanda, dejando de lado el proteccionismo[34]. Sin embargo, otra motivación era acabar con los productores nacionales que habían hecho contrapeso en el pasado. Acabarlos a través de competencia desleal, porque así tuvieran insumos importados con dólares preferenciales, al sumarle costos locales no podían competir contra producto importado a precio diezmado por dólar preferencial. Y los que si pudieran competir se podían controlar con acceso a divisas preferenciales.

Entre 2006 y 2008 Venezuela nadaba en petrodólares, el precio real llegó a más de 400% el de 1998, el precio internacional del petróleo en términos reales llegó al nivel de finales de los 70s[35]. Sin embargo, la pobreza apenas bajó 3,3 puntos porcentuales desde 2005[36].

2009 y 2010 se vieron afectados por la crisis financiera mundial de 2008 que causó caída de los precios del petróleo (aunque en términos reales aún eran 172% superiores a 1998), subieron el IVA, contrajeron el gasto público y triplicaron la de deuda interna y devaluaron el tipo de cambio a 2 tasas preferenciales[37]. Al mismo tiempo la corrupción se comenzó a ver reflejada en las inversiones no ejecutadas (pero si pagadas) en el sector eléctrico y el impacto que tuvo esto en la prestación del servicio con continuos apagones. Esta realidad llevó a partido de gobierno a perder el voto popular en elecciones parlamentarias de 2010, aunque mantuvo mayoría de escaños.

Este hecho político, acompañado de la recuperación desde 2011 y nuevo récord histórico del precio real del petróleo 35% mayor que en 2006 y 440% superior a 1998, llevó al gobierno de Chávez a incrementar el gasto público, especialmente el social a través del Fonden. El cual tenía ahora ingresos adicionales por creación de tributo a ingresos extraordinarios petroleros y los US$  13,5 millardos (Billions) de reservas internacionales del BCV, llevándolas a niveles muy bajos[38]. Pero el gasto público se incrementó más que los ingresos, incurriendo en déficit del 18,6% del PIB con el único propósito de ganar elecciones presidenciales 2012, para evitar el riesgo de no captar el voto mayoritario como sucedió en elecciones de 2010, sin considerar las repercusiones económicas futuras[39].

Entre 1998 y 2006 el índice de percepción de corrupción de Venezuela mantuvo su mal score en el penúltimo nivel de la escala, pero al llegar a 2012 bajó al último escalón y solo era menos corrupto que el 5% de los 174 países evaluados[40]. Pero inclusive estos datos pueden minimizar la magnitud comparada con la realidad característica del gobierno de Chávez “corrupción generalizada, la mala gestión y robo estructural de los fondos estatales y los ingresos petroleros”[41]

El resultado del este período de profundización del socialismo, petrodólares y corrupción fue que el gasto social real per cápita creció poco menos de 10%, la pobreza (por NBI) apenas bajó de 23,4% en 2006 (29,3% en 1999) a 21,6% en 2012, y la inflación cerró en 20,1% (llegó a estar en 30,1% en 2008)[42] y la libertad económica cayó a la mitad de los niveles de 1998 y era menos de la mitad de la que existía en Latinoamérica en 2013[43].

Es verdad que reducir la pobreza no debería minimizarse como un logro importante. Sin embargo, hay que destacar que 1999-2012 fue el mayor boom petrolero de la historia de Venezuela, el equivalente a 304% del PIB, pero PIB per cápita creció solo 14%[44]. Por lo que, en este contexto, el resultado fue más que mediocre. La lectura a esta realidad es que el objetivo de la gestión no fue reducir el sufrimiento humano que implica la pobreza si no mantenerse en el poder.

Sucesión, platos rotos del socialismo real y estado criminal (2013-2018)

Muere Chávez y en una reñida elección gana su elegido, Nicolas Maduro, contando con final del boom petrolero y la emotividad de la muerte de Chávez. Recalcando que 2013 fue el tercer precio real petrolero más alto de la historia.

Aunque el precio real del petróleo continuó muy alto en 2013-2015, cayó un 51%. Con lo cual era difícil mantener la política de alto nivel de gasto publico solo con los ingresos petroleros y sin otros sectores productivos[45], destruidos a conciencia por el chavismo. En el ámbito petrolero es importante resaltar que la producción había decrecido al menos 800 mil barriles diarios en comparación al pico de 1998, el consumo interno y el contrabando se incrementaron, reduciendo las exportaciones netas. Es por eso que el gobierno se ve obligado a exceptuar al petróleo del ataque al sector privado y mejoran las condiciones para las petroleras internacionales como Chevron, Repsol, CNPC y Perenco.

Parte de los platos rotos de la fiesta socialista los pagan distintos sectores. Por ejemplo reducen subsidios a países aliados, venden refinerías, endeudan a Citgo y PDVSA, para financiar el gasto público. Sin embargo, la poca credibilidad, inestabilidad política, criminalidad, así como la incapacidad y corrupción de PDVSA hacen cuesta arriba la inversión extranjera[46].

Los ciudadanos que hicieron dependientes de las importaciones para destruir a la industria nacional, ahora pagan los platos rotos. Es en este período que a falta de divisas deben reducir drásticamente la importación de productos básicos que eran el 70% de lo consumido en el país[47]. Este panorama es agravado por el deber de cumplir con el servicio de la deuda que llegaba a los US$ 10 mil millones anuales[48].

Por tanto, la “solución” que ejecutan es escalar en el excesivo uso de la política monetaria expansiva para financiar gasto público, en especial a PDVSA. Lo cual es el origen de la hiperinflación [49]. Estos platos rotos los pagan los ciudadanos con la inflación que es el impuesto más caro que existe, que es la confiscación de su salario y empobrecimiento drástico. Sin embargo, esto no era suficiente para cubrir déficit y dejaron de pagar proveedores, incluso petroleros, con lo que cayó aún mas la producción petrolera en 2016 imposibilitando cierre de brecha fiscal[50].

En este período comenzaron los múltiples decretos anuales de aumento de los salarios, pero en 2016 la inflación en alimentos fue de 1400% lo que dejó aún mas pobres a los asalariados venezolanos y a los diezmados empresarios maniobrando para no quebrar, muchos quebraron. Llegamos a un 2017 con unas distorsiones grotescas del tipo de cambio, dos tasas de cambio oficiales (10 y 660 BsF) y una del mercado negro (superior a los 4000BsF). Dejando un inmenso espacio para la corrupción de los allegados al régimen, especialmente los militares[51].

Un presidente que carecía del carisma de su antecesor y que pierde elecciones del poder legislativo en 2015, debía recurrir a fortalecer otro tipo de lazos con las fuerzas que lo sostienen, entre las que resaltan los militares. Es por esta razón que profundiza aún más esquemas de corrupción como el cambiario para toda la élite política y militar. Maduro exacerba el nepotismo, privilegios y prácticas ilegales que ya eran comunes durante Chávez. Entre ellas, narcotráfico, corrupción, sobreprecio y contrabando de alimentos. En su relación con los ciudadanos depende más del autoritarismo, porque el clientelismo no le alcanza, con clara tendencia totalitaria[52].

Una anécdota que describe la motivación corrupta combinada con el interés de suprimir la libertad de los ciudadanos es la importación en 2013 de taxis chinos por US$ 600 millones con sobreprecio de por lo menos 120%. En esos años las ensambladoras de carros no producían y despedían trabajadores por falta de divisas para importar insumos. Pudieron generar puestos de empleo independientes en sector privado. Pero eso no está en el interés del chavismo porque empleo independiente implica ciudadanos libres. Corrupción y control de los ciudadanos eran sus intereses[53].

Culminamos este período con una caída hasta 1,2 millones de barriles/día de la producción petrolera. Esta caída inició en enero 2016, 19 meses antes de las primeras sanciones de EEUU que tuvieron impacto limitado en la economía[54]. Con hiperinflación de 65.000%, pobreza de 91%[55] y decreciendo 71%[56]. Inició la ola migratoria de millones llegando a los vecinos latinoamericanos. Desde 2012 la desnutrición se cuadruplicó en niños hasta 21% y se triplicó el número de personas con hambre hasta 6,8 millones[57]. Estas consecuencias tienen su único origen en un gobierno que pretende sustituir al mercado y su incapacidad de proveer servicios públicos[58]. Cuyo foco nunca estuvo en los intereses de los ciudadanos si no en los propios.

La Venezuela “postsoviética” (2019-2024)

Después de un proceso electoral no competitivo, Maduro pretende asumir su segundo período y es desconocido por el poder legislativo el cual intenta asumir ante el vacío. Protestas ciudadanas acompañan el desconocimiento en todo el país. Se fortalecen las sanciones internacionales contra personeros del régimen de Maduro y se incorporan sanciones económicas que afectan el accionar económico internacional del gobierno y de los venezolanos, así como las relaciones de empresas extranjeras con Venezuela.

Maduro inicialmente continuó con la política monetaria expansiva, por tanto, continuo la hiperinflación. También continua su soporte basado en lealtades compradas con corrupción y actividades criminales. En este contexto, se desarrolló aún más la minería ilegal controlada por las élites militares, políticas y criminales aliadas al régimen. En la que trabajan alrededor de 500mil venezolanos que migraron al arco minero.[59]

Esta evolución de la minería no fue lo único que cambió. El gobernador y potencial candidato por el chavismo a la presidencia, Rafael Lacava, fue el primero que en noviembre 2019 asomó la posibilidad que se privatizaran servicios públicos[60]. Esta declaración se puede enmarcar en estos beneficios a las élites antes mencionados. Esto porque queda claro que después de la destrucción del empresariado durante 20 años de chavismo, no son los tradicionales empresarios los que asumirían las privatizaciones. A esto le sumamos que los corruptos, debido a las sanciones internacionales, requieren espacio en el espectro económico venezolano para utilizar el dinero mal habido y legitimarlo. Es allí donde esta apertura al mercado al estilo postsoviético (ruso en específico) tiene cabida. Los que ganaran presencia en la economía son sumisos aliados chantajeables, por tanto, dejan de representar un peligro al poder. Además, ayudan a lavar la imagen del gobierno y su economía con señales ficticias de prosperidad.

            Se puede considerar al proceso que vive Venezuela desde el 2020 como una liberalización fragmentada. En la que se libera el tipo de cambio, pero al mismo tiempo sigue teniendo el gobierno papel fundamental. Se ejecuta una privatización de activos nacionalizados de manera poco transparente con la ayuda de la ley antibloqueo de la Asamblea Constituyente, que adicionalmente abre las puertas para incluso modificar las composiciones accionarias de los proyectos petroleros. Estas políticas cuentan con los aliados geopolíticos Irán, Siria, Rusia, Turquía y China para transacciones internacionales, insumos e inversiones en el país.[61]

            En este modelo, el sector privado no “enchufado” (aliado) al gobierno puede tener espacio para generar empleo y riqueza. Sin embargo, el no tener el apadrinamiento de la nueva oligarquía ha limitado este número a los mas valientes y osados emprendedores. Para todos los empresarios, “enchufados” o no, siguen enfrentando riesgo alto dada la arbitrariedad del gobierno y saberse que no hay institucionalidad que proteja esa inversión.

En este período, el mayor costo lo siguen pagando los ciudadanos que ellos empobrecieron, ahora con la reducción del gasto social. Las misiones ya no tienen presencia, sólo queda la ayuda alimentaria (20$) que recibe mensualmente el 21% de los hogares y a las transferencias directas mensuales (equivalente a 2,5-4,6$) que reciben 40% de los mayores de 18 años. En 2021 el monto de estos beneficios para los pobres extremos se redujo en casi un 20% vs 2019[62]. Dejando claro que no es la vocación del gobierno atender a los más necesitados a pesar de hacer énfasis en que el país prosperó en 2021.

A través de esta reducción del gasto social, entre otros recortes del gasto, se logró reducir la brecha fiscal de 20% del PIB a 7,9% en 2020. A esto se le suma el fin del subsidio total a la gasolina, de los controles de precios y la apertura del mercado cambiario. Esta política tuvo ciertos resultados, Venezuela finalmente salió de la hiperinflación en enero 2022, aunque aún la inflación es muy alta.[63]

Finalmente, la economía creció en 2021. Recordamos que 2013-2020 la economía se redujo en un 75%. Por esto se considera un rebote estadístico y por efecto de la tímida recuperación de la producción petrolera [64]. Sin embargo, la pobreza en 2021 siguió creciendo hasta 94,5%[65].

Conclusión

Lo que se puede definir que caracteriza el modelo económico del chavismo es que tiene una raíz ideológica en el socialismo, el cual aplica en la medida que las circunstancias lo permitan. Al mismo tiempo, la política económica refleja un carácter represivo, totalitario, cuya misión como instrumento es lograr el control y sumisión de empresarios, trabajadores y ciudadanos en general, para garantizar su permanencia en el poder. Pero que además no tiene ninguna restricción moral, no tiene escrúpulos, para incurrir en actividades delictivas para su enriquecimiento personal y manejo del equilibrio del poder que mantienen. Por último, su relación con los mas necesitados es claramente instrumental y carente de políticas que los independicen del soporte gubernamental.  


2 comments

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