El Nobel de la Paz y un cambio de época
Por Paola Bautista de Alemán
Publicado originalmente en
La Gran Aldea
, 10 de octubre de 2025.
¡María Corina Machado ganó el Premio Nobel de la Paz! En un abrir y cerrar de ojos, este viernes de rutina se transformó en una fiesta nacional. Es difícil encontrar las palabras precisas que permitan transmitir la emoción de este momento. Hoy, 10 de octubre, los venezolanos de bien estamos unidos en el orgullo, en la alegría y en la esperanza de un futuro mejor. Este galardón significa muchas cosas para todos. En este breve artículo compartiré unas reflexiones escritas al calor de la noticia. Son cinco ideas desordenadas, palabras que salen de este corazón emocionado. Cualquier duda o reticencia sobre su liderazgo político y moral es asunto del pasado. María Corina es la líder de todos los venezolanos. Es una venezolana de talla universal. Sin más. Y no se trata de cualquier liderazgo. Es un liderazgo que se ha forjado a pulso. Es constancia, entrega, convicción y fe. Cuando María Corina ganó la elección primaria ofreció una rueda de prensa. Dijo: “Hay que confiar en la gente”. Más que una frase, es un programa político. Confiar es la mejor estrategia para exprimir la bondad del alma de los demás. Y eso ha hecho ella: en los momentos más oscuros de nuestra lucha ha sabido darnos fuerza, consuelo y esperanza. Por eso, esa frase que me conmovió hace casi dos años, hoy me vuelve a conmover. Me atrevo a decir que estamos siendo testigos de un cambio de época. En alguna oportunidad, en mayor o en menor medida, las mujeres que nos hemos animado a hacer política en Venezuela nos hemos topado con el desagrado de quienes se incomodan ante la voz firme de una dama. Por eso, el liderazgo de María Corina marcará un antes y un después en nuestra forma de abordar e influir en la vida pública. A partir de ahora, nuestras hijas podrán volver a la historia de nuestro país y verse retratadas en su testimonio. Tal como María Corina lo ha reiterado innumerables veces: ¡Nuestra lucha es espiritual! Los venezolanos llevamos un cuarto de siglo dándolo todo por la libertad de nuestro país. Nos sostienen y nos unen valores inmateriales. Esa es la gasolina que nos mueve… este premio es un reconocimiento a esa buena disposición. Una vez más, podremos levantar la mirada con el orgullo de quien ha sabido servir con rectitud a causas nobles y trascendentes. Hemos sembrado mucho y se acerca el momento de la recolección. Momentos que demandarán aún más heroísmo de nuestra parte. La Venezuela que viene exigirá aún más sacrificio. La tarea será difícil, pero tenemos las herramientas humanas y sobrenaturales para lograrla. Llegará la democracia; abriremos los calabozos, enterraremos a nuestros muertos y enfrentaremos con sentido de justicia el desafío de la reconciliación. Estos años, bajo el liderazgo de María Corina, hemos redescubierto “lo afirmativo venezolano”. Hemos recuperado nuestro orgullo, rescatado nuestra dignidad. Vienen tiempos mejores… porque nosotros hemos sido mejores. Se confirma en nuestro caso aquello que decía San Agustín: “Los tiempos somos nosotros; como somos nosotros, así son los tiempos”. Por esto y mucho más: Gracias, María Corina… nos has impulsado a ser mejores. Este artículo fue publicado originalmente en
La Gran Aldea
en octubre de 2025.
La reafirmación de su liderazgo
Su talante
Nuestra cultura política
La naturaleza de nuestra lucha democrática
El futuro
